Interesante versión de la obra de Chejov a cargo de Adrián Canale
La puesta de Adrián Canale asume polifónicamente no sólo el texto del autor ruso sino también la versión de Daniel Veronese y el trabajo es muy interesante, entre otras cosas, porque logra hacer converger, sintetizar, expandir ( sí, todo a la vez en diversos aspectos) las dos propuestas, logrando un planteo nuevo.Otro acierto importante es la articulación espacial y el modo de habitar, ya que no tienen posibilidad de salir del lugar.La reja con candado que permite entrever un exterior no hace otra cosa que resaltar la imposibilidad de irse. No hay prácticamente mobiliario, pero esa minimización tiene su contrapartida en una especie de “actuación ampliada”, a veces hiperbólica.Es notable, por ejemplo, el modo de construcción del personaje de Natasha (Valeria Castro).Para destacar también, el trabajo de Olga (Ximena Viscarret ) y Andrei ( Federico González Bethencourt), pero toda la puesta funciona en armonía, con toques de humor, cosa que se agradece con entusiasmo.
Una buena propuesta para acercarse a un universo clásico, doblemente mediatizado y con muy buenos resultados".
MONICA BERMAN (Crítica Teatral)
"Tres Hermanas": La concentración del conflicto
“Esta propuesta hace agonizar a los personajes en escena, y es desde la composición del espacio que lo logra. Un espacio que, más allá de su amplitud arquitectónica,encierra a los personajes.
La agonía se hace visible, el mundo interno de cada uno de ellos deviene cada vez más intenso. Lo que sólo parecía temor, comienza a arder hasta que las posteriores acciones se vuelven aún más violentas y contradictorias.El desarrollo del crecimiento de la tensión dramática está focalizado en el trabajo que realizan los actores desde lo corporal para con los objetos.
Uno de los núcleos más llamativos de la obra, es cómo todo este trabajo comienza a simbolizarse muy lentamente.Lo mismo sucede con las relaciones entre los personajes, el gesto que primero puede ser una reacción sin demasiado contenido, lo va adquiriendo al ir desentramando el trasfondo.
Cabe destacar que la elección del lugar para realizar la obra y la despojada escenografía, ya propone un anticipo para lo que luego podemos ver. Porque tanto las paredes rusticas, como los banquitos tirados en el comienzo de la obra, como la mesa que da más un aspecto de taller que de casa, o el mismo sillón que se muestra desgastado, cubierto por una funda que está tan gastada como él, le imprimen desde los objetos esa miseria que luego será mostrada desde la historia de los personajes.
En definitiva, es una obra que articula desde la redundancia, la imposibilidad de la comunicación y las mentiras de las percepciones personales en cada una de las relaciones, dejando de lado lo “bello” y mostrando el caos que por supuesto da cuenta de haber tenido por detrás un cuidadoso trabajo”.
Jimena C. Trombetta (imaginacion atrapada)