26.4.08

TALLER DE ENTRENAMIENTO Y MONTAJE - 2009

Docente: Marcelo Subiotto
Miércoles y viernes de 10:00 a 12:30

Consultas e inscripción:
15-6171-2261 / 4856-6873
juligraziani@hotmail.com
Arancel: $150
http://puerta-roja.blogspot.com


El seminario tiene como objetivo el desarrollo de la presencia escénica, sirviéndose para esto de una ejercitación generada a partir de estos principios:
-Direcciones -Ritmos -Acción y reacción -Oposiciones
-Diferentes niveles de energías derivadas de la propia ejercitación.

El trabajo está dividido en dos partes, un primer momento de entrenamiento (cuerpo y voz) y un segundo momento dedicado al montaje (individual y colectivo) creando para esto materiales escénicos que contengan los principios desarrollados en el entrenamiento.

Marcelo Subiotto

Con una amplia formación en técnicas de actuación, clown, música y entrenamiento corporal y vocal. Cursó estudios en el Conservatorio de Música Manuel de Falla, de entrenamiento actoral con Guillermo Angelelli, de clown con Cristina Marti y Gabriel Chamé Buendía, y de actuación en la EMAD, realizó perfeccionamiento con Jan Ferslev e integrantes del Odin Theatre, Jose Luis Valenzuela y Mauricio Kartun.
Como actor ha participado de numerosos espectáculos, entre ellos: "Estigia", "Nada y ave" y "La funerala", los tres dirigidos por G. Angelelli, "Edipo, rey de Hungría", "El pasajero del barco del sol" de O. Dragún en el Cervantes, La venganza de Don Mendo" dirigido por V. Cosse en el TMGSM, "La cruzada de los niños", "La bruma", "Parece algo muy simple" y "Hablar de amor" dirigido por Adrián Canale, "Hamlet de William Shakespeare" de Luis Cano, "Mujeres soñaron caballos" y "Espía a una mujer que se mata" de D. Veronese, "La hija del aire", de Calderón y "Rey Lear", éstas dos últimas dirigidas por Jorge Lavelli en el TMGSM.

25.4.08

Críticas y comentarios de "Las Descentradas"




* Un intenso melodrama Calificación: **** (muy buena)
"..El director con gran destreza, consigue ritmo, crea climas, provee de acciones e instala silencios tan precisos como contundentes. Sin dudas, en la frondosa cartelera del teatro independiente, este es uno de los mejores espectáculos del año..."

Jorge Montiel (Revista Noticias)

*Mujer fuerte, rebelde y pasional
(Una atractiva puesta de Adrián Canale con un texto de Salvadora Medina Onrubia)

Calificación LA NACION: **** (muy buena)

“..La puesta de Adrián Canale es muy atractiva. Vitaliza el texto y logra que muchas de las situaciones trasciendan con fuerza. Cuenta con una protagonista (Carolina Tisera) que concreta una recreación verdaderamente trascendente. La actriz construye a su personaje hasta en mínimos detalles y, en cada situación, sorprende por su capacidad de adaptación y sus recursos dramáticos. Junto con ella se destacan Martín Urbaneja (Juan Carlos, el enamorado periodista), Silvina Katz (Mamina), Paula Jmelnitzky (Gracia) y Verónica Seara (Gloria)…”

Carlos Pacheco (La Nación)

* La independencia femenina,cuando apenas era un deseo


“Es muy poco frecuente que jóvenes creadores nacionales investiguen sobre el pasado del teatro argentino. Pero este fue el caso del Colectivo teatral Puerta Roja, que rescataron del olvido a Salvadora Medina Onrubia. La versión muestra fidelidad y respeto y logró transferir una época pasada a traves de un excelente vestuario y con mínimos elementos escenográficos. Se destaca la composición de Carolina Tisera,con pequeños detalles de postura y la energía que despliega en su actuación.Junto a ella conquistan buenos momentos Paula Jmelnitzki,Silvina Katz,Martín Urbaneja y Tian Brass. Desde la dirección y el elenco de este espectáculo se lanza una invitación al túnel del tiempo teatral, inquietante y asombroso”
CALIFICACIÓN: MUY BUENA
Ana Seoane (DIARIO PERFIL)

* Pasión por los bordes

"Ya no es sólo la abuela que le regaló el apodo a Copi o la alocada mujer de Natalio Botana que organizó la fuga del anarquista Simón Radowitzky: en los últimos años, Salvadora Medina Onrubia está siendo reivindicada a través de la edición de sus obras teatrales, una de las cuales, Las descentradas, se estrena mañana..."

Nota en Pagina 12 Por Moira Soto

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-4115-2008-05-16.html


* Formas de honrar un genero

“..Con la clarísima premisa de no abandonar ni un milímetro lo melodramático, Adrián Canale brinda un ejemplo de tratamiento de género. No cae en la tentación de “aggiornar” la obra (escrita en 1929) si no que profundiza en todos sus resortes, logrando con paciencia, talento y sapiencia, instalar al espectador en los códigos de género y de la época. Para eso la pieza se asienta en un audaz registro de actuación, en un diseño espacial inteligente y en un vestuario y maquillaje estupendos…
Carolina Tisera y Martín Urbaneja conmocionan, transitando a flor de piel un intricado camino, arribando a un final de una fuerza impresionante…
Bellamente trágica, Las Descentradas es una excelente obra, que brinda un puente para acercarse a un género, tan digno y noble como bastardeado: el melodrama…”

Gabriel Peralta (Crítica teatral) http://www.criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1&idn=1239

* Las Descentradas según Adrián Canale

Adrián Canale lleva a escena nuevamente esta admirable e intensa pieza echada al olvido por los prejuicios. Todo un desafío bella y respetuosamente resuelto por el director, cuya habitual solvencia no habíamos visto puesta en juego ante un texto de tanta exigencia y tan alejado de sus anteriores trabajos (y no menos lejano a lo que la cartelera porteña ofrece).
Llevó al elenco por caminos poco transitados, y no solo al proponerles un texto tan intenso y de tan estrecha trama, sino principalmente porque sus actuaciones evidencian un fino trabajo en el que se hacen notables las similitudes con las interpretaciones del primer cine sonoro, aunque las superan al exponer con mucha más claridad las emociones. Carolina Tisera resulta arrolladora . Un intenso Martín Urbaneja le da a Juan Carlos el cuerpo necesario para desmoronarse en su vértigo. Paula Jmelnitzki ilumina con la ilusa frescura de Gracia, a la vez que, en el papel de la madre de esta, Silvina Katz exhibe en cada movimiento lo que la sociedad de entonces esperaba de una señora.
Esto y tanto más que no sabría describir con justicia hacen de Las descentradas un espectáculo inevitable.

Lucho Bordegaray (Revista Imperio G y montajedecadente.blog)


* Una mujer increible

“..La puesta en escena y la utilización del espacio interno (sala) y externo (patio) es muy interesante, con ello se logra un clima íntimo y se resuelve con naturalidad el ingreso de los personajes. El trabajo de los actores también es elogiable, hay momentos de gran intensidad y se logra además fluidez y organicidad en cada situación. El rescate de la obra y su autora, puede decirse que es un acto de justicia y la dinámica de la puesta, un hallazgo de teatralidad digno de ver…”

Eva Matarazzo (Casting Porteña)


* “Canale plasma una dirección fuerte, en la que el elemento físico vuelve a manifestarse (al igual que en su interesante versión de “Tres hermanas”). La sensible Carolina Tisera vuelve a demostrar su sapiencia en la construcción de un personaje difícil y rico.En un elenco de muy buenas actuaciones, se destaca también Martín Urbaneja.“Las descentradas” es una puesta en la que vale la pena contemplar,disfrutar y dejarse llevar por todo lo que la dramaturgia muestra y sugiere..”

Calificación: MUY BUENA
Daniel Gaguine (Noticias Urbanas)

* Sumando brillantes actuaciones como las de Carolina Tisera, Martín Urbaneja y Silvina Katz, “Las Descentradas” se constituye en una excelente opción que brinda el Colectivo teatral Puerta Roja. Vale destacar la interpretación del tango "Niebla del Riachuelo" por parte de Corina Bitshman, quien con su voz marca dos de los momentos álgidos de la trama. Una oportunidad para reflexionar sobre las relaciones en la sociedad argentina de antaño, sin perder de vista la vigencia y continuidad con la actualidad que sobrevuela toda la obra. Por la calidad de las actuaciones y la potencia del texto la hemos elegido como la recomendada de la semana”

María Pilar González (En escena hoy)

* “Una obra que invita al desafío entre el deber y el querer, entre el egoísmo y el valor, entre el buscar y el tomar, entre el señalamiento y el ser una mujer integra siempre, hasta el último acto de dignidad.Nuevamente la maravillosa interpretación que compone Carolina Tisera, enaltece y realza el hecho artístico. “Las descentradas” muestra un buen trabajo de equipo y una ajustada dirección realizada por Adrian Canale”.

Meche Martinez

*Gran trabajo de una actriz, redescubre obra valiosa

"Carolina Tisera es la heroína de “Las descentradas“, que con dirección de Adrián Canale devuelve felizmente a la autora Salvadora Medina Onrubia a un escenario porteño, luego del estreno original de la pieza en 1929.
El primer acto, casi perfecto, se desarrolla en la gran casona que Elvira comparte con su esposo y corre con asombrosa tersura en la presentación de personajes e intriga, donde el director Canale encuentra equilibrio y un remate dramáticamente acorde.
La ventaja del director y el elenco, es que no trató de innovar con el texto ni sacarlo de su época. Incluso se respetó un intervalo de diez minutos -con la particularidad de que el público debe ausentarse de la platea- que rubrica esa intención y de dejar a la vista cómo eran los mecanismos dramáticos de hace 60 años.
Pero nada sería lo mismo sin la prodigiosa composición de Tisera, que dibuja una criatura por momentos adorable y siempre impredecible, ya que su mundo parece no tener elementos en común con el resto de los mortales. Hay también buenas personificaciones -Javier Sebastián como el enjuto notario, la amiga escritora a cargo de Verónica Seara o Paula Jmelnitzky como la jovencita.."

Héctor Puyo de TELAM

* “Un amor que rompe las reglas”

"Carolina Tisera se luce en su rol de mujer librepensadora, acompañada muy bien por las otras dos patas del triàngulo: Gracia (Paula Jmlenitzky) y Juan Carlos (Martìn Urbaneja).Es muy acertada la introducción del tango “Nieblas del riachuelo” en la voz del personaje de Blanca (Corina Bitshman). Le da a la puesta un clima de sensualidad melancólica, al igual que las luces. El vestuario està muy cuidado, acorde a la época histórica.
La voz de la “Venus roja” se hace oìr en la piel de Carolina Tisera, y en la lograda dirección de Adrìàn Canale.

Silvia Sànchez Urite

http://www.silviauriteteatro.blogspot.com




24.4.08

Publicación de la U.B.A. sobre "Las descentradas"


PUBLICACIÓN DEL EQUIPO DE INVESTIGACIÓN LETRA,IMAGEN Y SONIDO / FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA U.B.A.

LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DE LA CIUDAD


UN LUGAR ACTUAL PARA “LAS DESCENTRADAS”
De Monica Berman

“Para que a cada paso un paisaje o una emoción o una contrariedad
que reconcilien con la vida y su muerte pequeña.
Para que un día nos queden unos cuantos recuerdos: decir estuve,
Estuve en tal pasión, en tal recodo (…)”

RAÚL GONZALEZ TUÑON


Eludir la distancia, quedarse cerca del argumento, hallar una propuesta que no es autorreferencial, ni metateatral. Las Descentradas plantea una ficción en el sentido mas amplio del término.
Una mujer, Elvira, casada con un importante ministro, se comunica telefónicamente con un periodista al que revela negocios corruptos de aquél.
Quiere, no el destino sino la dramaturga, que este periodista se enamore de una muchacha joven vinculada afectivamente con Elvira y que en la casa de la jovencita, el día mismo del compromiso, los contactados telefónicamente se conozcan en persona. E inicien cierto camino hacia el amor. Contar el resto es llevar a cabo una infidencia.
Este argumento que seguramente hoy podría parecer hata ingenuo, fue escrito por una mujer llamada Salvadora Medina Onrubia, y estrenado hace casi 80 años en Buenos Aires, en el Teatro Ideal, en marzo de 1929.
En general, no resulta pertinente hablar de un dramaturgo, es decir, de su biografía cuando se remite a una puesta pero la figura de esta mujer es tan particular que este pequeño homenaje antes de reseñar el reestreno de esta obra a cargo de un director contemporáneo, parece un acto de justicia.
Digamos que los propios responsables del reestreno salieron a difundir estos datos que ahora mencionamos.
Salvadora Medina Onrubia era autora teatral, periodista, poeta y anarquista. Además era la mujer de Natalio Botana, propietario del diario Crítica. En 1931 José Felix Uriburu clausura el diario y encarcela al matrimonio.
Ella escribe clandestinamente esta carta dirigida al general Uriburu que merece la pena hacer circular:

“Gral. Uriburu, acabo de enterarme del petitorio presentado al gobierno provisional pidiendo magnanimidad para mí. Agradezco a mis compañeros de letras su leal y humanitario gesto; reconozco el valor moral que han demostrado en este momento de cobardía colectiva al atreverse por mi piedad a desafiar sus tonantes iras de Júpiter doméstico. Pero no autorizo el piadoso pedido ... Magnanimidad implica perdón de una falta. Y yo ni recuerdo faltas ni necesito magnanimidades.
Señor general Uriburu, yo sé sufrir. Sé sufrir con serenidad y con inteligencia. Y desde ya lo autorizo que se ensañe conmigo si eso le hace sentirse más general y más presidente. Entre todas esas cosas defectuosas y subversivas en que yo creo, hay una que se llama karma, no es un explosivo, es una ley cíclica. Esta creencia me hace ver el momento por que pasa mi país como una cosa inevitable, fatal, pero necesaria para despertar en los argentinos un sentido de moral cívica dormido en ello. Y en cuanto a mi encierro: es una prueba espiritual más y no la más dura de las que mi destino es una larga cadena. Soporto con todo mi valor la mayor injuria y la mayor vergüenza con que puede azotarse a una mujer pura y me siento por ello como ennoblecida y dignificada. Soy, en este momento, como un símbolo de mi Patria. Soy en mi carne la Argentina misma, y los pueblos no piden magnanimidad.
En este innoble rincón donde su fantasía conspiradora me ha encerrado, me siento más grande y más fuerte que Ud., que desde la silla donde los grandes hombres gestaron la Nación, dedica sus heroicas energías de militar argentino a asolar hogares respetables y a denigrar e infamar una mujer ante los ojos de sus hijos ... y eso que tengo la vaga sospecha de que Ud. debió salir de algún hogar y debió también tener una madre.
Pero yo sé bien que ante los verdaderos hombres y ante todos los seres dignos de mi país y del mundo, en este inverosímil asunto de los dos, el degradado y envilecido es Ud. y que usted, por enceguecido que esté, debe saber eso tan bien como yo.
General Uriburu, guárdese sus magnanimidades junto a sus iras y sienta como, desde este rincón de miseria, le cruzo la cara con todo mi desprecio”

Salvadora Medina Onrubia
Cárcel del Buen Pastor, julio 5 de 1931

Concluida esta pequeña digresión, incursionemos en la puesta.
En primer lugar habrá que decir que poner en escena Las descentradas implica un serio desafío, el texto, que soporta unos cuantos años, está lejos de ser un clásico (es más, la Biblioteca Nacional lo editó en el marco de una colección que se denomina “Los raros”) y seguramente los problemas mas grandes tienen que ver con afrontar la textualidad, la escenografía y la actuación.
Teatro de texto, con muchos parlamentos, con una historia rica en matices (podría decirse que tiene una pequeñísima zona de panfleto cerca del final, pero solo eso) pone en juego un trabajo con la dicción sumamente importante, es necesario que las palabras no se pierdan, que se registren en toda su intensidad por que son centrales. Los actores dicen con solvencia, cabe recordar que esto no es algo común en el teatro contemporáneo.
Con respecto a la escenografía, el primer acto transcurre en una casa de la alta sociedad. Para quien no la conozca Puerta Roja no es exactamente un teatro “lujoso” (aunque sea un lujo de teatro) por lo que el planteo del espacio implica una resignificación absoluta del espacio existente. Lo resuelven a través de algunos signos, no numerosos, pero sí significativos: convierten un ventanal que da a un patio, en ventana con vitreaux, la puerta que da a ese mismo patio deja adivinar un precioso jardín en el camino a un comedor en extraescena. Los espectadores compartimos la sala de estar, pasaje, además entre los dormitorios (tambien extraescena) y el resto de la casa. El desplazamiento amplio (entradas y salidas) por lugares diferentes construye una edificación holgada. El resto lo hacen los detalles: el piano con candelabros, una mesita de madera muy trabajada, unas copitas labradas y por supuesto, el vestuario, un magnífico vestuario que hace olvidar ciertos detalles de las paredes e invita a creer que uno está en una casa paquetísima.
Salvado ese espacio, el resto era mas fácil de construir. Y lo interesante es que lo que viene luego hace olvidar lo anterior, una enorme cortina hizo que la puerta se convirtiera en ausencia y la ventana ya de otra casa y de otro acto, parecía el marco mas indicado para contemplar la lluvia en la ciudad.
Los objetos ademas contribuyen a armar otro universo, la canasta de pic-nic en un caso, las pruebas para la imprenta armando un camino de papeles en el segundo.
El tercer desafío tiene que ver con la actuación:
Son muchos los meta-discursos que hablan de melodrama, creemos que no puede considerarselo como tal, en sentido estricto. Fundamentalmente no porta el ideologema del melodrama. No hay resarcimiento de la virtud. Y solo en algún caso puntual se plantea un esquema maniqueo de los personajes.
Podría afirmarse, en cambio, que existen elementos melodramaticos. En este lugar está la clave de la actuación ¿cómo actuar en serio con estas características?. ¿Cómo no remitir a los consabidos culebrones televisivos, horadados hasta la perforación por las parodias?. Y hacerlo cara a cara, frente a un público muy cercano.
En este lugar se llevan los laureles los actores, aunque para Carolina Tisera y Martín Urbaneja, podría inventarse otra categoría por que las que existen les quedan exiguas, y para el director, Adrián Canale, que supo trabajar en este terreno inestable, en un equilibrio que sin embargo no reniega de la emoción.
No es fácil conmover con una historia de amor, y de fidelidad (quién la vea sabrá a quién) en esta época. Es importante recordar que el personaje femenino de Elvira, se inscribe a muy pocos pasos del comienzo de la década infame.
Si Salvadora Medina Onrubia transgredía la escritura de su época proponiendo una historia como la de “Las descentradas”, Adrián Canale hace lo propio hoy en Buenos Aires, demostrando que se puede hacer muy buen teatro con un texto, con actores que actúan y con la búsqueda concreta de no renunciar a la memoria ficcional, pero memoria al fin de nuestra historia argentina. Ficción que no difiere demasiado, digamos, de nuestra realidad actual.

Monica Berman
EQUIPO DE INVESTIGACIÓN LETRA,IMAGEN Y SONIDO / FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA U.B.A.

23.4.08

¿Quien es Salvadora Medina Onrubia..?



La historia oficial pretende recordarla sólo como la mujer de Natalio Botana, el célebre director del diario “Crítica”. Otros la llamaron la Venus Roja. Para la pacatería de la “sociedad” porteña de comienzos del siglo xx, fue “aquella a quien no se respeta”, una oveja descarriada. Salvadora Medina Onrubia, bella y apasionada, dueña de un indómito espíritu revolucionario, anarquista y madre soltera, fue una mujer singular que participó en numerosos acontecimientos de la vida política y social de la Argentina, como por ejemplo en las refriegas entre obreros y ejército durante la Semana Trágica, en donde fue oradora de los mitines políticos. Periodista, escritora y poeta. Anarquista y primera mujer encarcelada por motivos políticos, para la Policía Federal Argentina fue el prontuario Nº 21.849 ¿Quién fue en realidad y por qué la historia se empeñó en ocultarla? Nació el 23 de marzo de 1894 en La Plata, y de muy chica vivió en Entre Ríos. Desde joven incursionó en las letras. Y luego de su llegada a Buenos Aires, se iba a destacar como periodista en La Protesta, Fray Mocho, PBT, Crítica y Caras y Caretas; al tiempo que también lo hizo como autora teatral, cuentista y novelista en obras como Akasha, El vaso intacto, El misal de mi yoga, Alma fuerte, La solución, El hombre y su vida y quizás su obra teatral mas personal e interesante: “Las Descentradas”.
Tenía 15 años cuando una tenaz actitud militante en defensa del joven anarquista Simón Radowitzky la llevó luchar incansablemente por su libertad, incluso entrevistandose en la Casa Rosada con el presidente Hipólito Irigoyen,que la respetaba y temía. Participó en la planificación de la fuga de Radowitzky y cuando el libertario ruso fue recapturado, luchó por su indulto hasta lograrlo. La primera carta enviada por el militante anarquista cuando salió en libertad fue para ella. La misma lucha la llevó a participar en la Semana Trágica y en 1930 la dictadura militar la apresó: Fue el 6 de septiembre cuando el general José Felix Uriburu ordenó la prisión. Luego, un grupo de intelectuales argentinos envió una carta al dictador para solicitar “magnanimidad” con Salvadora por “su triple condición de mujer, de poeta y de madre”. Pero ella no estuvo de acuerdo con el pedido y le mandó al general otra carta, desde la cárcel, en la que la que le manifiesta todo su desprecio. Fue díscola, atrevida, contradictoria, transgresora y audaz, un vendaval de pasión circuló a torrentes por sus venas. Fue abuela de otro irreverente escritor argentino, Raul Damonte, mas conocido por el sobrenombre que le pusiera Salvadora: “Copi”.
Mantuvo su pasión y atrevimiento hasta el final de sus días, en 1971

Carta a Uriburu envíada por Salvadora desde la cárcel

En 1931, en Argentina, casi un año después de perpetrado el primer golpe de Estado de nuestra historia, gobernaba el dictador fascista José Félix Uriburu.
Su régimen inauguró el tiempo de la persecución ideológica, la tortura como infame mecanismo de interrogación, la censura y el destierro forzoso de muchos opositores, entre otras bondades autoritarias que con los años se fueron perfeccionando.
Uriburu y su comisario político, Leopoldo Lugones (hijo), cuyo mérito en la función pública fue la introducción de la picana eléctrica y otros métodos de tormento, clausuraron el diario Crítica uno de los periódicos más importantes y sin duda el más popular de la época, y detuvieron a su director propietario Natalio Botana (que en un principio había apoyado el golpe), y a su esposa, Salvadora Medina Onrubia.
Salvadora era periodista, autora teatral, poeta y férrea militante anarquista.
En su lugar de detención, no se calló la boca. Lejos de amedrentarse por la intimidación de sus carceleros, logró escribir, casi clandestinamente una carta dirigida al general Uriburu que, inmediatamente tomó estado público gracias a la filtración de un familiar.
En la valentía de Salvadora, reflejada en ese texto va el homenaje a tantas mujeres de valor que entregaron su sangre para que todo esto cambie de una vez ... alguna vez.

“Gral. Uriburu, acabo de enterarme del petitorio presentado al gobierno provisional pidiendo magnanimidad para mí. Agradezco a mis compañeros de letras su leal y humanitario gesto; reconozco el valor moral que han demostrado en este momento de cobardía colectiva al atreverse por mi piedad a desafiar sus tonantes iras de Júpiter doméstico. Pero no autorizo el piadoso pedido ... Magnanimidad implica perdón de una falta. Y yo ni recuerdo faltas ni necesito magnanimidades.
Señor general Uriburu, yo sé sufrir. Sé sufrir con serenidad y con inteligencia. Y desde ya lo autorizo que se ensañe conmigo si eso le hace sentirse más general y más presidente. Entre todas esas cosas defectuosas y subversivas en que yo creo, hay una que se llama karma, no es un explosivo, es una ley cíclica. Esta creencia me hace ver el momento por que pasa mi país como una cosa inevitable, fatal, pero necesaria para despertar en los argentinos un sentido de moral cívica dormido en ello. Y en cuanto a mi encierro: es una prueba espiritual más y no la más dura de las que mi destino es una larga cadena. Soporto con todo mi valor la mayor injuria y la mayor vergüenza con que puede azotarse a una mujer pura y me siento por ello como ennoblecida y dignificada. Soy, en este momento, como un símbolo de mi Patria. Soy en mi carne la Argentina misma, y los pueblos no piden magnanimidad.
En este innoble rincón donde su fantasía conspiradora me ha encerrado, me siento más grande y más fuerte que Ud., que desde la silla donde los grandes hombres gestaron la Nación, dedica sus heroicas energías de militar argentino a asolar hogares respetables y a denigrar e infamar una mujer ante los ojos de sus hijos ... y eso que tengo la vaga sospecha de que Ud. debió salir de algún hogar y debió también tener una madre.
Pero yo sé bien que ante los verdaderos hombres y ante todos los seres dignos de mi país y del mundo, en este inverosímil asunto de los dos, el degradado y envilecido es Ud. y que usted, por enceguecido que esté, debe saber eso tan bien como yo.
General Uriburu, guárdese sus magnanimidades junto a sus iras y sienta como, desde este rincón de miseria, le cruzo la cara con todo mi desprecio”

Salvadora Medina Onrubia
Cárcel del Buen Pastor, julio 5 de 1931